lunes, 29 de septiembre de 2008

MIGUEL GRAU

El máximo héroe de la Marina de Guerra del Perú

Grau había nacido el 27 de julio de 1834 en Piura. Su padre fue un militar colombiano llamado Juan Manuel Grau y Berrio; su madre, la piurana Luisa Seminario y del Castillo.
Siempre sintió una extraordinaria atracción por el mar. A los 19 años ya había recorrido casi todos los mares y océanos del mundo con la marina mercante. En 1854 ingresó a la Marina de Guerra y en 1868 fue nombrado comandante general del Huáscar, el buque más moderno y veloz de la Marina de Guerra en ese tiempo
.

El Huáscar tuvo una campaña notable durante la guerra. Atacó puertos y naves chilenas, destruyó pertrechos militares del enemigo, arruinó el bloqueo que tenían las naves enemigas contra Iquique y venció en el combate del mismo nombre.


Después de hundir a la Esmeralda, y en lugar de perseguir a la otra nave, la Covadonga, Grau ordenó el rescate de los 62 sobrevivientes chilenos que gritaban "Viva el Perú generoso" y cuyo último comandante, el teniente Uribe, agradeció el gesto humanitario del almirante.


El 8 de octubre de 1879, en Angamos, Grau fue acorralado en el Huáscar por los mejores seis buques de la armada chilena . A pesar de que se defendió con valentía, una granada acabó con su vida en la torre de mando de su monitor, a los veinte minutos de iniciado el combate.

Podemos recordar a Grau como un gran estratega del combate militar, y sin duda lo fue. Pero podemos también reconocer en él la virtud de la generosidad, muy poco común en el escenario de una guerra. Por eso, Grau es un ejemplo de cómo los valores humanos deben mostrarse siempre.

Esa actitud tan humana es la que hace a este hombre un héroe universal. Grau es un héroe para el mundo, es una muestra de la grandeza a la que puede llegar la humanidad aún en las peores situaciones. Su actitud y su caballerosidad brillan en la historia de las guerras de los hombres como brilla una luminosa estrella en el cielo más oscuro.


LA VIUDA DE PRAT



La guerra parece concentrar siempre lo más oscuro del espíritu humano. Allí, en medio de tanta maldad y destrucción, Grau supo mostrar su generosidad y su hombría.


Durante el Combate de Iquique, el monitor Huáscar venció a la escuadra chilena. En este enfrentamiento murió el máximo héroe de la armada chilena: don Arturo Prat, comandante de la Esmeralda. Tras este episodio de la Guerra del Pacífico, su viuda, Carmela Carvajal de Prat, recibió con sorpresa todas las pertenencias de su esposo acompañadas de una bellísima carta del comandante peruano don Miguel Grau.


En la carta que respondió ella se puede leer:

"...con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo, y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que se encontraron sobre su persona... Por ello tengo la conciencia de que el distinguido jefe que tiene hoy el valor de asociarse a mi duelo y de poner muy en alto el nombre y la conducta de mi esposo en esta jornada, y que tiene aún el más raro valor de desprenderse de un valioso trofeo... un jefe semejante, un corazón tan noble hubiera evitado, si hubiera podido, el sacrificio de mi esposo...".


Fue ella, la viuda del mayor comandante enemigo, quien llamó caballero a Grau, no por sus glorias militares que fueron muchas, sino por su hidalguía.

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